miércoles, 2 de noviembre de 2011

No tengas Miedo, Ten Fe

No tengas miedo, ten Fe es la expresión que cambión la vida de Marisol Ameiva; una niña condenada a muerte por el cáncer en los huesos que padecía, es la história de un milagro que ustede conocerán a continuación...



DEDICATORIA
A los enfermos. A quienes tienen miedo. A los que tienen hambre y sed. A los que están viviendo una injusticia. A quienes necesitan salir del infierno donde viven. A los que dudan. A los escépticos. A los ateos.

CAPITULO 1.

La primera vez que escuche hablar de ella fue cuando llegué como Director de Noticieros de Televisa en Puebla (1997 – 2000). Uno de los reporteros a mi cargo, Miguel Angel Pérez Merchant, me propuso entrevistarla y me contó a groso modo su historia; pero en ese momento tenía otras prioridades y no presté la atención suficiente.

Algunos meses después, Miguel Angel insistió.

-       ¿La conoces?. ¿Has oído hablar de ella?.

-       No. –contesté en principio despreocupado-; platícame otra vez su historia.

Y me contó otra vez su historia. O una parte de ella. Pero así, platicado, aunque ciertamente era emocionante, no le encontraba mucho sentido informativo. Es más, el tiempo que estuve al frente de los noticieros de Televisa en Puebla nunca busqué o pedí una entrevista con Marisol Amieva. Realmente no sabía lo que significaba y lo que tenía que contar. Me lo estaba perdiendo.

Mi acercamiento al primer milagro de Juan Pablo II sucedió cuando ya trabajaba para Telemundo / NBC (2001 – 2005). Yo producía una serie de investigaciones especiales a las que llamaba ‘alternativas’, porque su temática o punto de vista siempre salía de lo ordinario y muchas de las historias que investigaba nunca habían sido llevadas a la televisión o eran presentadas a partir de una perspectiva novedosa, reflexiva, dura. Un ejemplo es éste que están a punto de conocer: El Primer Milagro de Juan Pablo II; de donde se desprende la fuerza de este libro: No Tengas Miedo, Ten Fe. Porque ese fue el ejemplo que Juan Pablo II nos entregó en vida.

Para que el Vaticano nombre a una persona santo o santa, existe todo un proceso que es muy interesante. En los primeros siglos de la Iglesia, se les daba el título y el culto a los santos de un modo muy diverso al actual. Bastaba la aclamación popular o el martirio. Con el tiempo, el procedimiento fue haciéndose mas serio y riguroso.

En la actualidad, se hace a través de varias etapas de un proceso llamado técnicamente Proceso o Causa de Canonización. Las más recientes normas canónicas que rigen tales etapas, fueron aprobadas, curiosamente, por el Papa Juan Pablo II en 1983 en dos documentos; uno titulado El Divino Maestro, Modelo de perfección y otro llamado Normas que se deben observar. Hoy día, los candidatos a recorrer este camino pueden ser de dos tipos: aquellos que han vivido la llamada heroicidad de las virtudes y los mártires.

A través de la Causa se busca demostrar con abundante documentación, testimonios y pruebas que algunas mujeres o algunos hombres vivieron una vida evangélica y que en su conducta diaria se reflejaban los valores y las actitudes cristianas –conocidas como virtudes- hasta practicarlas con alegría, constancia y más allá de la experiencia del común de los mortales, -heroicidad-. Para los mártires se trata de probar que entregaron su vida por amor a la fe hasta llegar al derramamiento de su sangre.
 CONTINUARÁ...

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